Aunque ya no dominan la NBA como antaño, LeBron James, Stephen Curry y Kevin Durant simbolizan una temporada más la hegemonía del básquet estadounidense, cada vez más amenazada por la irrupción de estrellas extranjeras.
Aunque ya no dominan la NBA como antaño, LeBron James, Stephen Curry y Kevin Durant simbolizan una temporada más la hegemonía del básquet estadounidense, cada vez más amenazada por la irrupción de estrellas extranjeras.
King James, Chef Curry y Durantula, que suman 52 campañas en activo, 10 anillos y siete premios MVP, arrancan el nuevo curso de la NBA el martes rejuvenecidos. A la temporada llegan después de disfrutar como compañeros del inapelable triunfo estadounidense en los Juegos Olímpicos de París.
La medalla de oro fue una inyección de ánimo antes de una temporada en la que ni Los Angeles Lakers de LeBron (39 años), ni los Golden State Warriors de Curry (36) y los Phoenix Suns de Durant (36) tienen grandes expectativas de luchar por el título.
Además de agrandar sus legendarios legados, el trío aspira también a seguir inspirando a los jóvenes y pasar en algún momento el testigo a alguno de sus compatriotas.
El alero Jayson Tatum, líder de los campeones Boston Celtics, y el escolta Anthony Edwards, jefe de los Minnesota Timberwolves a sus 23 años, se perfilan como los más aptos para el relevo.
Desde que lo ganara James Harden en 2018, el galardón ha recaído en manos de tres jugadores nacidos fuera de Estados Unidos. Tres veces en el serbio Nikola Jokic (Denver Nuggets), dos en el griego Giannis Antetokounmpo (Milwaukee Bucks) y una en el camerunés Joel Embiid (Philadelphia 76ers).
En esa conversación se encuentran también el esloveno Luka Doncic, líder de los subcampeones Dallas Mavericks y máximo anotador de la pasada campaña, y el canadiense Shai Gilgeous-Alexander (Oklahoma City Thunder), ambos finalistas al pasado MVP junto a Jokic.
Y por detrás asoma ya la sombra del francés Victor Wembanyama (San Antonio Spurs), el pívot de 2,24m de altura considerado el mayor talento potencial desde LeBron James.
Tras Wemby, número uno del Draft de 2023, sus compatriotas Zaccharie Risacher (Atlanta Hawks) y Alex Sarr (Washington Wizards) coparon el primer y segundo lugar de la elección de este año.
La globalización de la NBA se expresa también en cifras generales, ya que la temporada pasada 125 de los 450 jugadores procedían de 40 países distintos a Estados Unidos.
Algunos analistas estadounidenses ya ponen sus principales esperanzas en Cooper Flagg, una perla de 17 años todavía en la universidad de Duke que se hizo notar entre los ‘sparrings’ de la selección estadounidense que compitió en París.
LeBron, elegido MVP del torneo olímpico, Curry y Durant no soltaron las riendas del Team USA y fueron sus máximos anotadores.
De vuelta a casa, el trío busca nuevas motivaciones para unas carreras a las que no han puesto fecha de caducidad.
James, que acaba de renovar por dos campañas más con los Lakers, batirá el martes el récord de 22 temporadas en la NBA de Vince Carter. Ese mismo día podría escribir otra página de historia y, junto a su primogénito Bronny, formar la primera pareja de padre e hijo que juegan juntos en la liga.
Curry, que vio partir a su gran socio Klay Thompson, firmó una ampliación de su astronómico contrato con los Warriors hasta 2027.
Durant, de su lado, tiene un compromiso con los Suns hasta 2026 y a final de temporada tendrá la opción de extenderlo hasta 2028.
De los tres, Durant es el único que puede albergar alguna esperanza de llegar lejos en los playoffs de la NBA, siempre que las lesiones respeten al Big 3 que forma con Devin Booker y Bradley Beal.