La cuenca del Lago de Maracaibo ha experimentado un aumento significativo de las temperaturas y una marcada reducción en las precipitaciones desde 1971, posicionándola como la región sudamericana más afectada por el cambio climático en las últimas cinco décadas. Así lo revela un estudio publicado recientemente en la revista Nature, que también analizó los efectos climáticos en las cuencas del Amazonas y el Gran Chaco en Brasil.
El informe destaca que las condiciones cálidas y secas han incrementado la frecuencia y gravedad de eventos climáticos extremos, especialmente incendios.
“Las temperaturas cálidas y las sequías impulsadas por el clima pueden combinarse, aumentando así peligrosamente el riesgo de incendio”, señala el estudio.
Factores climáticos determinantes en la cuenca del Lago de Maracaibo
El análisis resalta la influencia de los patrones climáticos a gran escala, como el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (Enso), que modifica los regímenes de viento y precipitación. Durante los episodios de El Niño, el debilitamiento de los vientos alisios genera acumulación de agua cálida frente a la costa oeste de Sudamérica. Mientras que La Niña refuerza estos vientos, favoreciendo la llegada de aguas frías y ricas en nutrientes.
A medida que las temperaturas globales siguen en ascenso, regiones como el norte de Venezuela enfrentan múltiples extremos climáticos simultáneamente. Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (Unisdr), esta interacción de fenómenos puede desencadenar eventos en cascada, transformando condiciones adversas en desastres.
Y si bien 38% del área de la cuenca del Lago de Maracaibo sigue cubierta por bosques, la proximidad de comunidades urbanas a zonas forestales aumenta significativamente los riesgos. Las poblaciones expuestas a estas interfaces urbano-forestales son vulnerables a incendios que podrían escalar rápidamente en intensidad y alcance.
En comparación, el estudio señala que Brasil enfrenta riesgos adicionales debido a la conversión de áreas boscosas en terrenos agrícolas. Lo que intensifica el impacto del cambio climático en la región del Amazonas