Yamandú Orsi, delfín del exmandatario José «Pepe» Mujica, ganó el domingo las elecciones presidenciales en Uruguay, marcando el regreso de la izquierda al poder tras cinco años de gobierno de centroderecha.
Yamandú Orsi, delfín del exmandatario José «Pepe» Mujica, ganó el domingo las elecciones presidenciales en Uruguay, marcando el regreso de la izquierda al poder tras cinco años de gobierno de centroderecha.
Con el escrutinio finalizado, Orsi, del Frente Amplio, obtuvo 1.196.798 votos frente a los 1.101.296 de su rival, el oficialista Álvaro Delgado, informó la Corte Electoral.
Esto supone que Orsi cosechó 49,8% de los votos emitidos y Delgado, 45,9%.
Bocinazos y gritos de euforia estallaron en la capital Montevideo, bastión del Frente Amplio, y miles salieron a las calles en una celebración que no fue empañada por un fuerte chaparrón.
El Frente Amplio vuelve al gobierno que perdió en 2020 tras tres periodos consecutivos, uno de ellos bajo Mujica (2010-2015).
«Tenía confianza que Yamandú ganara. No con tanta diferencia, pero así fue. Las encuestas estaban bastante equivocadas, pero bueno, creo que es un cambio importante», dijo el exmandatario a radio Sarandí, en alusión a los sondeos previos, que mostraban un final reñido.
El exguerrillero tuvo una participación activa en la campaña de Orsi.
A pesar de sus 89 años y de estar recuperándose de un cáncer, se reunió con vecinos y concedió numerosas entrevistas, con comentarios sobre su legado político y la inminencia de la muerte que conmovieron a muchos.
En un discurso ante sus partidarios, que colmaron las calles de la Ciudad Vieja donde el Frente Amplio organizó los festejos, Orsi agradeció a Mujica y recordó al fallecido expresidente Tabaré Vázquez (2005-2010 y 2015-2020), entre otros líderes emblemáticos.
«Voy a ser el presidente que convoque una y otra vez al diálogo nacional para encontrar las mejores soluciones, por supuesto con nuestro planteo, pero también escuchando muy bien lo que nos dicen los demás», afirmó.
En la campaña, el ahora presidente electo prometió «un cambio seguro que no será radical».
Orsi, un profesor de historia de 57 años,sucederá el 1 de marzo al presidente Luis Lacalle Pou, con un nivel de aprobación cercano al 50% pero impedido constitucionalmente de una reelección inmediata.
Lacalle Pou felicitó a Orsi y dijo que trabajará con él para la transición. Delgado también saludó a Orsi y al Frente Amplio, con una bandera uruguaya en la mano.
En la primera vuelta, Orsi superó a Delgado por 17,2 puntos porcentuales, pero en el balotaje éste tenía el respaldo de todos los partidos de la coalición oficialista, que juntos obtuvieron el 47,7%.
Mujica destacó la «necesidad histórica» de que ambos bloques estén dispuestos a negociar, dado que ninguno tendrá mayoría parlamentaria.
En octubre, el Frente Amplio logró 16 de los 30 escaños del Senado, y la coalición gobernante, 49 de las 99 bancas de la Cámara de Diputados.
«Espero que la bonhomía del presidente electo ayude a ese clima y colabore con la mejor intención que pueda tener el candidato del Partido Nacional y de la coalición», dijo Mujica en radio Sarandí.
Al votar temprano en la mañana, el exmandatario instó a preparar a los jóvenes para la sociedad del conocimiento.
«Mi futuro más próximo es el cementerio pero me interesa la suerte de los jóvenes, que cuando tengan mi edad van a vivir en un mundo muy distinto», dijo.
El presidente brasileño Lula da Silva fue de los primeros en saludar a Orsi y «mi amigo Pepe Mujica». «Es una victoria de toda América Latina y del Caribe», dijo en la red social X.
Otros mandatarios latinoamericanos de izquierda también felicitaron al presidente y la vicepresidenta electa, Carolina Cosse, y les desearon éxitos, entre ellos el chileno Gabriel Boric la mexicana Claudia Sheinbaum y Nicolás Maduro.
Desde Argentina, el ultraliberal Javier Milei replicó en la red social X un mensaje de la cancillería ratificando el «compromiso de trabajar junto a Uruguay».
«Estamos listos para reforzar nuestra excelente colaboración con el país», señaló en X el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn.
Uruguay, un país de 3,4 millones de habitantes considerado la democracia más sólida de Latinoamérica, tiene un alto ingreso per cápita y menores niveles de pobreza y desigualdad frente al resto de la región, pero persisten las preocupaciones sobre el alto costo de vida y la delincuencia.
«(Apoyo al FA) porque nací en una pobreza extrema y sé lo que se siente», dijo a la AFP Eduardo Guerra, un empresario de 43 años que festejaba en la Ciudad Vieja.