Con 8 centímetros de longitud por 4 a 8 milímetros de diámetro, el apéndice es un segmento con forma de dedo que sobresale del intestino grueso, cerca del punto en el que éste se une al intestino delgado o ciego.
Con 8 centímetros de longitud por 4 a 8 milímetros de diámetro, el apéndice es un segmento con forma de dedo que sobresale del intestino grueso, cerca del punto en el que éste se une al intestino delgado o ciego.
La primera descripción de este órgano con forma de cilindro la realizó en 1521 el médico italiano Jacopo Berengario da Carpi y el nombre de “apéndice” fue acuñado por Andreas Vesalio más de veinte años después.
La función de este órgano vestigial es de tipo inmunológico, ya que forma parte del sistema linfático, red de ganglios conectados con vasos especiales que transportan la linfa. Ésta es un líquido rico en glóbulos blancos que contribuye a que el agua y ciertas proteínas regresen al torrente sanguíneo.
Históricamente, muchas personas han creído que el apéndice tiene poco propósito dentro del organismo. Cuando llama la atención, generalmente es porque se ha infectado. Pero la reputación del apéndice está mejorando. Los investigadores están aprendiendo que el apéndice puede desempeñar un papel clave en la buena salud. Y también están desarrollando formas menos invasivas para tratar las infecciones de apéndice.
El apéndice está adherido a la primera parte de su intestino grueso. Su función exacta no está clara. Algunas personas creen que es un remanente evolutivo que no proporciona beneficios para la salud.
Esta sabiduría convencional ha llevado al uso generalizado de apendicectomías para prevenir y tratar enfermedades. Por ejemplo, la apendicitis ocurre cuando el apéndice se inflama. Si eres hombre, tu riesgo de apendicitis es de por vida un 8,6%, advierten los investigadores en la revista World Journal of Gastroenterology. Si eres mujer, tu riesgo de por vida es del 6,7%. Para tratarlo, los médicos históricamente realizarían una apendicectomía para extirpar el apéndice.
Muchas apendicectomías se usan para prevenir en lugar de tratar enfermedades. Según el estudio publicado en World Journal of Gastroenterology, la tasa de apendicectomías es más alta que la tasa de apendicitis. Se requieren aproximadamente 36 apendicectomías incidentales para prevenir un caso de apendicitis.
En el siglo XVII se utilizó el término “cólico miserere” para referirse a diferentes cuadros abdominales -entre los que se incluía la apendicitis aguda- y que tenían en común lo difícil que era llegar al diagnóstico y la elevada mortalidad.
Y es que la apendicitis puede presentar riesgos para la salud, pero también lo puede hacer la cirugía. Algunas personas se preguntan si la cirugía preventiva es el mejor enfoque. Contrariamente a la sabiduría convencional, el apéndice podría tener un propósito. Podría ser un refugio para bacterias útiles en el cuerpo. Estas bacterias útiles podrían ayudar a promover una buena digestión y apoyar al sistema inmunológico.
Durante años, los investigadores han encontrado que la apendicitis aumenta cuando las comunidades introducen sistemas de agua sanitaria. Tales comodidades modernas pueden conducir a menos organismos amigables en nuestra microbiota. Esto puede conducir a un “agotamiento del bioma” en el cuerpo. A su vez, esto puede hacer que el sistema inmunitario se vuelva hiperactivo. Puede dejar el cuerpo vulnerable a ciertos trastornos, como la apendicitis.
Así, aunque es ampliamente visto como un órgano vestigial con poca función conocida, el estudio de 2017 publicado en la revista Comptes Rendus Palevol sugirió que el apéndice puede tener un propósito importante: servir como reservorio de bacterias intestinales beneficiosas. Estudiar y ver cómo evolucionó el apéndice en otros mamíferos y funciona en estas especies puede arrojar luz sobre este misterioso órgano en los humanos. Así, expertos de la Universidad del Medio Oeste de Arizona, estudiaron la evolución del apéndice entre los mamíferos. El equipo internacional reunió datos sobre la presencia o ausencia del apéndice y otros rasgos gastrointestinales y ambientales de 533 especies de mamíferos. Mapearon los datos en una filogenia (árbol genético) para rastrear cómo evolucionó el apéndice a través de la evolución de los mamíferos, y para tratar de determinar por qué algunas especies tienen un apéndice mientras que otras no.
Y es que, se calcula, que a lo largo de la evolución de los mamíferos el apéndice ha evolucionado más de una treintena de veces.